3/30/2009

Periodistas pal café.....


No es la primera vez que se denuncia la existencia de un grupo clandestino de ultraderecha denominado La Sagrada Familia, que toma decisiones en los procesos internos del PAN y en el ejercicio de los gobiernos ganados por el partido de blanco y azul. Convertida en una especie de etapa superior de El Yunque, el sacro emparentamiento tiene como principales personajes a los gobernadores de Jalisco, Guanajuato, Querétaro y Morelos, según relato hecho en mayo de 2008 por Liborio Román Cruz Mejía, presidente del comité municipal panista de Jiutepec, Morelos. Ayer, ni más ni menos que el muy criticado ex gobernador de la misma entidad, Sergio Estrada Cajigal (cuya más conocida muestra de frivolidad y abuso se dio con el uso del llamado Helicóptero del Amor), renunció al PAN y se quejó de una campaña de acusaciones en su contra desarrollada por La Sagrada Familia: “Durante un tiempo callé, y dejé que este grupo decidiera cargos y espacios para sus esposas, familiares y amigos, pero ante la andanada de descalificaciones en mi contra tengo que hablar”, declaró el ex mandatario, quien aseguró que quien le sucedió en el cargo, Marco Antonio Adame, es miembro del grupúsculo de fanatismo católico gobernante.Adame es un ejemplo contundente de entronización de una carrera de clericalismo panista. Fundador del grupo Testimonio y Esperanza, que entre otras cosas organizaba las peregrinaciones anuales al Cerro del Cubilete, el médico Adame tiene de secretario ejecutivo de la gubernatura de Morelos al ingeniero José Raúl Hernández Ávila, a quien se menciona como el dirigente estatal de La Sagrada Familia. Un punto de referencia del actual entramado “familiar” de poder fue Desarrollo Humano Integral AC (DHIAC), y en torno a ex militantes de esta agrupación y de El Yunque se ha formado el equipo de gobierno de Jalisco, donde Emilio González Márquez se ha mostrado como abierto subordinado político del cardenal Juan Sandoval. Los otros dos gobernadores miembros de la Sagrada Familia son Francisco Garrido Patrón, en Querétaro, con el gran poder del secretario yunquista de gobierno, José Alfredo Botello (ahora alineados para apoyar a un continuador de esa línea ultraderechista, el presidente municipal de la capital, Manuel González Valle), y Juan Manuel Oliva, en Guanajuato (hay testimonios de la existencia de la Sagrada Familia en otros lugares, como Zacatecas, donde el grupo es encabezado por Ramón Medina Padilla, quien fue presidente estatal del PAN).AstillasQue dice Obama que la “guerra” mexicana contra el narcotráfico se le fue de las manos a Felipe Calderón. Entrevistado por Bob Schieffer para el programa Face the nation, de CBS, el presidente de Estados Unidos dijo que no cree que la violencia relacionada con las drogas constituya una amenaza existencial para su país, pero sí “es una amenaza seria para las comunidades de la frontera, y se ha ido de las manos” (“it’s gotten out of hand”), de tal manera que “lo que tenemos que hacer es reconocer que ésta es una calle de dos vías”. Es interesante ver que Obama habla de atacar dos flujos en materia de narcotráfico, el de armas y el de dinero, pero en México sólo se toca y se insiste en el primero... De repente circulan en Internet documentos presuntamente redactados por derechistas extremos que se lanzan contra la UNAM. Así sucedió en 2006, antes de las elecciones, y ahora llega a las direcciones electrónicas un texto evidentemente apócrifo que critica obscenamente a la mencionada casa de estudios, propone que la próxima legislatura federal le recorte a fondo el presupuesto y que los terrenos de Ciudad Universitaria sean vendidos. La redacción del texto es tan burdamente provocadora que denota su falsedad. Además, la firman un tal Édgar Döring y un “Comité Azul de la Organización Demócrata Cristiana de América”, bajo el lema “¡Patria, Religión y Sangre!” y con la dirección de Internet de la ODCA que preside Manuel Espino. Al respecto, esta organización se ha deslindado totalmente del documento en mención y asegura que no existe en la ODCA el tal “comité azul” y que el supuesto Édgar Döring, “en caso de responder a una identidad real, carece de vínculo alguno con la ODCA”, entidad ésta que “apoya completamente la educación pública, laica y gratuita y se enorgullece de la tradición que nos vincula a la vida de la UNAM” (los textos, el del “comité azul” y el de la ODCA, en www.astillero.tv)... Edmundo Sánchez Tagle propone otros cambios de nombre en estaciones del Metro capitalino (luego de la demagógica y repudiada conversión de Viveros y Etiopía en “Derechos Humanos” y “Plaza de la Transparencia”): “Tasqueña por Venus Rey o Charrismo Sindical, ya que cruzando las vías está el sindicato de músicos; Portales por Puerta del Sol o Puerta de Aznar; San Antonio Abad por San Carlos Abascal; Bellas Artes por El Merengue, tal como definió Salvador Novo la arquitectura de ese palacio; Colegio Militar por Héroes de la Guerra Antiterrorista; Cuatro Caminos por Gaviota de la Peña, como señal de que de allí p’alante es tierra de los Nietos; Pantitlán por Priantitlán y Balderas por Ley Televisa”... Sobre el tema, el arquitecto Álvaro Fregoso escribe desde Puerto Vallarta para mencionar que en Corea del Norte las estaciones del metro de Pyongyang llevan nombres relacionados con el proyecto político que está en el poder, y no con las referencias geográficas. Esta columna encontró los siguientes nombres de estaciones norcoreanas: Paraíso, Estrella Roja, Retorno Triunfal, Reunificación, Victo- ria, Señal de Fuego, Glo- ria, Renovación, Construcción, Rehabilitación, Fundación Nacional, Restauración, Resplandor y Tres Orígenes (esta última se relaciona con las tres metas que Kim Il Sung fijó en materia de educación: conocimiento, moralidad y deporte)... Y, mientras la iglesia de la Santa Muerte llama a una “guerra santa” por las acciones gubernamentales en su contra, ¡hasta mañana, con un IFE tan tempranamente debilitado que tiene que jurar y perjurar que sí va a “sacar adelante” las próximas elecciones: dime a qué te “comprometes” y te diré de qué careces!Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Hn estos días se cumple medio año de aquel octubre en que tronó el superpeso, uno de los innumerables mitos del foxismo. La cotización del dólar sigue moviéndose por encima de 14 pesos. Cada día son menores las posibilidades de que pueda volver al nivel de los 13, los 12, y ni los más optimistas consideran factible los 11 o los 10 pesos que tuvo antes del descalabro. Algunas empresas han estado esperando un milagro, aferradas a la idea de que la volatilidad, o el catarrito, fueran algo pasajero. Hacienda, por otro lado, ha dado indicios de que el dólar continuará girando alrededor de 14 pesos. Así que más vale aceptarlo: lo que ha ocurrido es una devaluación irreversible, con todos sus devastadores efectos. Se pulverizaron ahorros, salarios y pensiones. La fortuna que manejan las afores equivalía a 90 mil millones de dólares, cayó a 60 mil. Réstenle las voraces comisiones y el resultado es que nos espera una ancianidad miserable. El grupo financiero Invex coincide: “No esperamos que el tipo de cambio abandone un rango entre los $14.00 y los $14.50 pesos en las siguientes semanas”. Algunos expertos internacionales –los de la revista The Economist, entre ellos– anticipan que el año próximo un dólar costará 16 pesos.
Nacionalización
El gobierno de España ha tomado el control de Caja Castilla La Mancha –con 600 sucursales en las principales ciudades y un millón de clientes– para su administración directa a través del banco central. Tiene una importante inversión en Querétaro, la compañía que produce componentes y estructuras de aviones Aernnova. El ministro de Economía, Pedro Solbes, dijo que el gobierno de Rodríguez Zapatero otorgará un aval hasta de 9 mil millones de euros a la Caja y asegura que la entidad es “solvente”. La nacionalización, si se quiere temporal, es otra muestra de las dramáticas dificultades que vive la banca española. La oposición, representada por el PP, no aceptó la explicación de Solbes: si es solvente ¿por qué requirió ser intervenida? Tal vez quien anda corto de solvencia política es Solbes.
Playboy, Rubén Blades
El imperio Playboy se ha venido desmantelando paulatinamente por el cierre de algunas de sus ediciones y de sus clubes. La crisis actual también le está pegando. Su fundador, Hugh Heffner, de 82 años, puso a la venta su residencia, que se ubica junto al Club Playboy de Los Angeles. Su actual esposa es Kimberley, la playmate del año 1989. Quieren 28 millones de dólares por la residencia. Otra celebridad que también está vendiendo su casa es Rubén Blades, pero es menos costosa: 2.6 millones de dólares. Consuelo de muchos: el catarrito no respeta.
Pago de impuestos
Mañana concluye el plazo para que las compañías presenten su declaración de impuestos anual sin que haya tenido éxito la gestión, llevada hasta la protesta, para que se deje sin efecto el IETU, o al menos que no se aplique en tanto pasa lo más duro del vendaval. La clase política –partidos, secretarios de Estado, gobernadores, senadores, diputados, alcaldes, etcétera– no quiere privarse de un solo lujo ni de los aviones que poseen algunos para irse de shopping a la frontera. Defienden hasta con los dientes –clavados en el contribuyente– el presupuesto federal de 3 millones de millones de pesos que se autorizaron para este año. Mientras tanto, pequeñas y medianas empresas cierran sus puertas en todas las ciudades de la República.

Hn estos días se cumple medio año de aquel octubre en que tronó el superpeso, uno de los innumerables mitos del foxismo. La cotización del dólar sigue moviéndose por encima de 14 pesos. Cada día son menores las posibilidades de que pueda volver al nivel de los 13, los 12, y ni los más optimistas consideran factible los 11 o los 10 pesos que tuvo antes del descalabro. Algunas empresas han estado esperando un milagro, aferradas a la idea de que la volatilidad, o el catarrito, fueran algo pasajero. Hacienda, por otro lado, ha dado indicios de que el dólar continuará girando alrededor de 14 pesos. Así que más vale aceptarlo: lo que ha ocurrido es una devaluación irreversible, con todos sus devastadores efectos. Se pulverizaron ahorros, salarios y pensiones. La fortuna que manejan las afores equivalía a 90 mil millones de dólares, cayó a 60 mil. Réstenle las voraces comisiones y el resultado es que nos espera una ancianidad miserable. El grupo financiero Invex coincide: “No esperamos que el tipo de cambio abandone un rango entre los $14.00 y los $14.50 pesos en las siguientes semanas”. Algunos expertos internacionales –los de la revista The Economist, entre ellos– anticipan que el año próximo un dólar costará 16 pesos.
Nacionalización
El gobierno de España ha tomado el control de Caja Castilla La Mancha –con 600 sucursales en las principales ciudades y un millón de clientes– para su administración directa a través del banco central. Tiene una importante inversión en Querétaro, la compañía que produce componentes y estructuras de aviones Aernnova. El ministro de Economía, Pedro Solbes, dijo que el gobierno de Rodríguez Zapatero otorgará un aval hasta de 9 mil millones de euros a la Caja y asegura que la entidad es “solvente”. La nacionalización, si se quiere temporal, es otra muestra de las dramáticas dificultades que vive la banca española. La oposición, representada por el PP, no aceptó la explicación de Solbes: si es solvente ¿por qué requirió ser intervenida? Tal vez quien anda corto de solvencia política es Solbes.
Playboy, Rubén Blades
El imperio Playboy se ha venido desmantelando paulatinamente por el cierre de algunas de sus ediciones y de sus clubes. La crisis actual también le está pegando. Su fundador, Hugh Heffner, de 82 años, puso a la venta su residencia, que se ubica junto al Club Playboy de Los Angeles. Su actual esposa es Kimberley, la playmate del año 1989. Quieren 28 millones de dólares por la residencia. Otra celebridad que también está vendiendo su casa es Rubén Blades, pero es menos costosa: 2.6 millones de dólares. Consuelo de muchos: el catarrito no respeta.
Pago de impuestos
Mañana concluye el plazo para que las compañías presenten su declaración de impuestos anual sin que haya tenido éxito la gestión, llevada hasta la protesta, para que se deje sin efecto el IETU, o al menos que no se aplique en tanto pasa lo más duro del vendaval. La clase política –partidos, secretarios de Estado, gobernadores, senadores, diputados, alcaldes, etcétera– no quiere privarse de un solo lujo ni de los aviones que poseen algunos para irse de shopping a la frontera. Defienden hasta con los dientes –clavados en el contribuyente– el presupuesto federal de 3 millones de millones de pesos que se autorizaron para este año. Mientras tanto, pequeñas y medianas empresas cierran sus puertas en todas las ciudades de la República.

uizá por la cercana relación que el segundo gobierno del cambio mantiene con el poder que se ocupa de los asuntos religiosos (olvidando que México es un país laico), algunos funcionarios le cuelgan uno que otro milagro a la actual administración. No el de la multiplicación del empleo, porque los únicos que pueden presumir de que no falta es a los que integran el círculo cercano a Los Pinos. El señor Téllez no es el único mil usos. Tampoco pueden presumir de la multiplicación del ingreso de las mayorías, una de las promesas electorales de los señores Fox y Calderón. Todas las estadísticas muestran mayor concentración del ingreso y la riqueza en unas cuantas familias. El milagro de hacer realidad la justicia social será para el próximo siglo. Igual que el de mejorar la calidad de vida de la población y garantizar el buen estado de los recursos naturales y el ambiente. Hasta falló la multiplicación de los árboles.
Pero en cambio presumen de otra multiplicación milagrosa: la de las cosechas. Según el secretario de Agricultura, se siembra menos superficie, pero no por políticas erróneas en apoyos crediticios y tecnológicos, sino porque avanzamos un mundo en rendimientos. Ya era hora, pues México fue la cuna de la revolución verde hace medio siglo. Ese paquete tecnológico que para ser efectivo exige semillas mejoradas, riego, crédito suficiente y oportuno, comercialización adecuada de cosechas y precios justos para el productor. Se anunció como solución al problema del hambre y la pobreza rural y durante varias décadas rindió frutos al incrementar las cosechas lo mismo de maíz que de trigo, frijol, cebada y arroz, por ejemplo. Acompañada de políticas públicas, esa revolución nos convirtió en autosuficientes en alimentos y hasta logró elevar levemente el ingreso campesino. Después, el paquete neoliberal aplicado al campo fincó en el exterior la procedencia de lo que consume la mayoría de la gente y en unos cuantos años nos convertimos en importadores por excelencia de lo que antes se producía localmente.
Celebremos el milagro conseguido, no por San Isidro Labrador, al que ya los campesinos le rezan distinto: “Isidro Labrador, deja el agua y quita el sol”, sino por la novedosa estrategia agropecuaria de los gobiernos panistas. Milagro de altos vuelos es producir más cosechas en menos tierra en condiciones no siempre óptimas. Por ejemplo, con relación al empleo rural, significativamente en crisis debido a la migración de cientos de miles de jóvenes hacia Estados Unidos y las áreas urbanas de México, dejando parcelas y tierras comunales en manos de mujeres y ancianos. O con el mal uso del agua en los distritos de riego. Aunque somos una potencia mundial en superficie irrigable (alrededor de siete millones de hectáreas), las estadísticas oficiales revelan que se desperdicia por lo menos 40 por ciento del agua que se aplica en los distritos de riego. En el sector agropecuario se utiliza 80 por ciento del agua del país. En cuanto a las áreas de temporal, las afectan lo mismo las intensas lluvias que la sequía, en medio de carencias tecnológicas y organización de los productores, de los que ahora funcionarios y políticos se acuerdan porque desean hacer cierta la máxima del doctor Óscar Brawer, ex secretario de Agricultura en tiempos del PRI: los campesinos mexicanos solamente están organizados para votar.
Milagro en tiempos electorales: mientras todos los indicadores económicos están a la baja, el único sector que registrará crecimiento es el agrícola, con 3 por ciento. Para lograrlo, entre otras cosas, el presupuesto para el campo será 10 por ciento más que el año anterior, cifra que debe verse con lupa, habida cuenta del mayor costo de los insumos agrícolas, muy por encima de los datos sobre inflación ofrecidos por el Banco de México.
Ojalá ese milagro alcance también a mejorar las condiciones en que trabajan cientos de miles de jornaleros agrícolas, víctimas de los bajos salarios, de las condiciones desfavorables en que laboran y el efecto nocivo de las sustancias químicas que aplican en los campos de cultivo.
Con la ayuda celestial, todo es posible. Como reza el poema: “¡Milagro!, hasta mis manos florecen”.

David Márquez Ayala: Reporte Económico

l próximo 2 de abril se da cita en Londres el Grupo de los 20 (G-20), reunión que podría ser sólo una más de las muchas habidas en la pasada década (insustanciales e inútiles, a juzgar por sus resultados) pero que en esta ocasión ha captado la atención del mundo por tres razones: 1) Se realiza en el vórtice de la megacrisis de la globalización neolibera; 2) participa por primera vez la administración de Obama, y 3) China lleva a la mesa de discusiones (por fin) una propuesta trascendente para crear una nueva moneda internacional e iniciar el reordenamiento del sistema monetario mundial.
El G-20 fue creado en 1999 y se integra con los responsables de las finanzas y de los bancos centrales de los países pariticipantes (las naciones industrializadas y un grupo representativo de naciones en desarrollo), más los directivos del Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Es un foro para la discusión de temas clave relacionados con la estabilidad global.
Considerando a España (que el G-20 no incluye en su página electrónica pero sí el FMI), los 20 países representan aproximadamente 76% del PIB mundial (base PPA) y 60% de la población del orbe (Gráfico 1).
Como argumentamos en Re-porte Económico (27/oct./2008), estos son tiempos para un Reordenamiento Económico Mundial, tiempos de recuperar el crecimiento y la estabilidad económica, de redistribuir ingreso y riqueza con equidad, de poner límites a la concentración económica en todas sus formas, de frenar el fanatismo del libre comercio cuyos excesos causan más daño que beneficio a las economías débiles, de potenciar el justo desarrollo integral de los grupos y las sociedades rezagadas… de detener la destrucción del planeta.
Y en lo que toca al G-20 apuntamos: son tiempos de corregir el desorden monetario, la inestabilidad cambiaria, la especulación desbocada y los abusos de la desregulación financiera… de crear un sistema fiscal acorde a las nuevas realidades y de ne-utralizar de una vez por todas los viciosos paraísos fiscales,… tiempos para dar el inevitable paso de crear una moneda internacional estable y sólida que sirva como el principal medio de pagos y activo de reserva.
Y es precisamente en esta dirección que China enfoca su sorpresiva propuesta al G-20 para la Reforma del Sistema Monetario Internacional, presentada por Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China, su banco central.
La propuesta de China
(Síntesis y traducción propia)
La irrupción de la crisis en curso y su desbordamiento en el mundo inicia el documento nos confronta con una interrogante de mucho tiempo atrás, pero aún sin respuesta: ¿qué tipo de moneda internacional de reserva se requiere para asegurar la estabilidad financiera global y facilitar el crecimiento económico mundial?
Según la teoría, una moneda internacional de reserva debe: 1) estar anclada a un punto de referencia estable y tener una emisión acorde a reglas bien definidas, a fin de asegurar una oferta ordenada; 2) tal oferta debe ser lo suficientemente flexible para permitir ajustes oportunos de acuerdo a las variaciones de la demanda, y 3) estos ajustes deben ser ajenos a las condiciones económicas y a los intereses soberanos de cualquier país en lo particular. Estos principios no se cumplen actualmente con la aceptación de que monedas nacionales de base crediticia sean a la vez las monedas internacionales de reserva.
I. El surgimiento de la crisis y su propagación a todo el mundo reflejan las vulnerabilidades inherentes y los riesgos sistémicos en el actual sistema monetario internacional.

Los países emisores de monedas de reserva (divisas fuertes) enfrentan cotidianamente el dilema entre alcanzar sus propias metas de política monetaria o satisfacer la demanda de otros países por monedas de reserva. Subsiste sin duda el Dilema de Triffin, que sostiene que los paí-ses emisores de monedas de reserva no pueden mantener el valor de dichas monedas al mismo tiempo que proveen de liquidez al mundo.
La creciente intensidad y fre-cuencia de las crisis financieras a partir del colapso del sistema de Bretton Woods (en los años 70) sugiere que los costos para el mundo de tal sistema han excedido sus beneficios. Las crisis son una resultante inevitable de las deficiencias institucionales.
II. El objetivo central de la reforma al sistema monetario es, por tanto, crear una moneda internacional de reserva desvinculada de naciones individuales y con capacidad para permanecer estable en el largo plazo, con lo cual se evitan todas las deficiencias intrínsecas a la utilización de monedas nacionales.
No obstante el largo tiempo transcurrido desde que fue originalmente propuesta la creación de una moneda súper soberana de reserva, a la fecha no hay avances sustantivos. Desde los años 40 Keynes había ya propuesto la introducción de una unidad monetaria internacional llamada Bancor, basada en el valor de 30 productos representativos, iniciativa que desafortunadamente no fue aceptada. En 1969, el FMI creó los Derechos Especiales de Giro (DEG) cuando los defectos del sistema de Bretton Woods emergieron inicialmente, a efecto de mitigar los riesgos causados por el uso de monedas nacionales para reserva; si bien los DEG no han sido aprovechados cabalmente, constituyen una la luz en el túnel para la reforma del sistema monetario internacional.
Así, una moneda de reserva súper soberana administrada por una institución global podría ser utilizada tanto para crear como para controlar la liquidez global; y cuando la moneda de un país deje de utilizarse como medio para el comercio internacional y como referencia para otras monedas, su política cambiaria se volverá mucho más efectiva para corregir desequilibrios económicos. Esto reduce significativamente, para todos, los riesgos de crisis futuras y aumenta la capacidad para corregir cualquier desequilibrio.
III. La creación de una unidad monetaria internacional es una medida audaz que requiere valor y una gran visión política. Utilizando como base los DEG, puede establecerse un sistema de pagos o liquidaciones entre éstos y otras divisas para su paulatina aceptación como medio de pago en el comercio internacional y en las transacciones financieras, en la cotización de las materias primas, la inversión y la contabilidad corporativa. La introducción al mercado de valores denominados en DEG (lo cual está considerando el FMI) sería un buen paso inicial.
Para una mejor valuación de los DEG sería conveniente ampliar la canasta base para el cálculo, a fin de incluir las monedas de todas las grandes economías y al PIB como un elemento ponderador de su peso en dicha canasta.
IV. Confiar parte de las reservas de los países miembros a la administración central del FMI no sólo aumentaría la capacidad de la comunidad internacional para manejar la crisis y mantener la estabilidad del sistema monetario, sino también para disuadir o frenar la especulación en los mercados financieros, y para empezar a cimentar con los DEG un sistema sólido y seguro para las reservas de cada país.
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Iván Restrepo: Multiplicaciones milagrosas

uizá por la cercana relación que el segundo gobierno del cambio mantiene con el poder que se ocupa de los asuntos religiosos (olvidando que México es un país laico), algunos funcionarios le cuelgan uno que otro milagro a la actual administración. No el de la multiplicación del empleo, porque los únicos que pueden presumir de que no falta es a los que integran el círculo cercano a Los Pinos. El señor Téllez no es el único mil usos. Tampoco pueden presumir de la multiplicación del ingreso de las mayorías, una de las promesas electorales de los señores Fox y Calderón. Todas las estadísticas muestran mayor concentración del ingreso y la riqueza en unas cuantas familias. El milagro de hacer realidad la justicia social será para el próximo siglo. Igual que el de mejorar la calidad de vida de la población y garantizar el buen estado de los recursos naturales y el ambiente. Hasta falló la multiplicación de los árboles.
Pero en cambio presumen de otra multiplicación milagrosa: la de las cosechas. Según el secretario de Agricultura, se siembra menos superficie, pero no por políticas erróneas en apoyos crediticios y tecnológicos, sino porque avanzamos un mundo en rendimientos. Ya era hora, pues México fue la cuna de la revolución verde hace medio siglo. Ese paquete tecnológico que para ser efectivo exige semillas mejoradas, riego, crédito suficiente y oportuno, comercialización adecuada de cosechas y precios justos para el productor. Se anunció como solución al problema del hambre y la pobreza rural y durante varias décadas rindió frutos al incrementar las cosechas lo mismo de maíz que de trigo, frijol, cebada y arroz, por ejemplo. Acompañada de políticas públicas, esa revolución nos convirtió en autosuficientes en alimentos y hasta logró elevar levemente el ingreso campesino. Después, el paquete neoliberal aplicado al campo fincó en el exterior la procedencia de lo que consume la mayoría de la gente y en unos cuantos años nos convertimos en importadores por excelencia de lo que antes se producía localmente.
Celebremos el milagro conseguido, no por San Isidro Labrador, al que ya los campesinos le rezan distinto: “Isidro Labrador, deja el agua y quita el sol”, sino por la novedosa estrategia agropecuaria de los gobiernos panistas. Milagro de altos vuelos es producir más cosechas en menos tierra en condiciones no siempre óptimas. Por ejemplo, con relación al empleo rural, significativamente en crisis debido a la migración de cientos de miles de jóvenes hacia Estados Unidos y las áreas urbanas de México, dejando parcelas y tierras comunales en manos de mujeres y ancianos. O con el mal uso del agua en los distritos de riego. Aunque somos una potencia mundial en superficie irrigable (alrededor de siete millones de hectáreas), las estadísticas oficiales revelan que se desperdicia por lo menos 40 por ciento del agua que se aplica en los distritos de riego. En el sector agropecuario se utiliza 80 por ciento del agua del país. En cuanto a las áreas de temporal, las afectan lo mismo las intensas lluvias que la sequía, en medio de carencias tecnológicas y organización de los productores, de los que ahora funcionarios y políticos se acuerdan porque desean hacer cierta la máxima del doctor Óscar Brawer, ex secretario de Agricultura en tiempos del PRI: los campesinos mexicanos solamente están organizados para votar.
Milagro en tiempos electorales: mientras todos los indicadores económicos están a la baja, el único sector que registrará crecimiento es el agrícola, con 3 por ciento. Para lograrlo, entre otras cosas, el presupuesto para el campo será 10 por ciento más que el año anterior, cifra que debe verse con lupa, habida cuenta del mayor costo de los insumos agrícolas, muy por encima de los datos sobre inflación ofrecidos por el Banco de México.
Ojalá ese milagro alcance también a mejorar las condiciones en que trabajan cientos de miles de jornaleros agrícolas, víctimas de los bajos salarios, de las condiciones desfavorables en que laboran y el efecto nocivo de las sustancias químicas que aplican en los campos de cultivo.
Con la ayuda celestial, todo es posible. Como reza el poema: “¡Milagro!, hasta mis manos florecen”.
Bernardo Bátiz V.: México y Estados Unidos

l interés de Estados Unidos por México se ha incrementado, dicen los medios de comunicación, en las últimas semanas. Recibimos visitas distinguidas, altos funcionarios declaran sobre el Estado mexicano y su dudosa situación, nos proponen préstamos, apoyos y ayudas, pero siempre simultáneos a una amenaza expresa o velada.
Somos, ambos países, como dos vecinos del mismo condominio; tenemos que vivir uno al lado del otro o según se vea, uno encima del otro; nuestro país tiene una forma parecida a un gran triángulo, cuya hipotenusa da al norte, en una extensa frontera de más de 2 mil kilómetros, y el vértice hacia la América Latina. Allí nuestro territorio se angosta y apenas si tocamos el istmo que comparten las repúblicas centroamericanas. Esto es, hacia el norte hay un gran espacio abierto y de comunicación intensa; hacia el sur, nuestro punto de contacto se estrecha y es de tránsito difícil y agreste.
Estas realidades y otros factores nos han hecho geográficamente parte de Norteamérica, y el peso de nuestros vecinos nos arrastra y nos aleja de la realidad sociocultural hispanoamericana o latinoamericana, como se prefiera, comunidad a la que pertenecemos naturalmente, por historia, carácter, religión, idioma y cultura.
El desequilibrio en las economías, el poderío militar y político de Estados Unidos ha hecho que nos vean como sus vecinos pobres, molestos y complicados, a los que hay que tolerar y ayudar, siempre y cuando hagan las cosas como ellos digan. En el extremo de este pensamiento, a fin de cuentas discriminatorio, somos algo más o, peor aún, algo menos que el vecino incómodo: somos el intruso que se ha colado en el patio trasero.
Durante distintos periodos de nuestra historia algunos gobernantes han tenido la dignidad y el patriotismo de establecer reglas de respeto y de justicia en las relaciones recíprocas. No podemos ni debemos pelearnos; la convivencia y la concordia son necesarias, pero es indispensable mantener una actitud de respeto hacia nosotros mismos, para exigir con ello el respeto que nos deben tener los de afuera.
Lamentablemente, durante al menos tres décadas la posición de precario equilibrio y la actitud de dignidad, han cedido el paso a un papel oficial de abierta imitación extralógica, actitud asustadiza y proclividad al sometimiento.
Algunos futurólogos predicen la aparición, al correr de los años o de los siglos, de un Estado nuevo que surgirá en ambas fronteras, como una barrera que separe a Estados Unidos de nuestro país; otros se lamentan de que la miopía de los franceses haya hecho que perdieran Luisiana por una bicoca y que la barrera no haya sido el desierto, como Sebastián Lerdo de Tejada creía, pero el desierto a fin de cuentas fue superado. Otros más lamentan que no hayan surgido una o varias repúblicas en lo que son ahora los estados del sur, como California y Texas. Lo real es que no hay barreras entre nosotros y así lo debemos asumir.
Por eso mismo tenemos que buscar y encontrar formas y maneras de ser nosotros mismos y, hasta donde tengamos energía, lo mejor de nosotros mismos, para lo cual es indispensable valorar lo nuestro. Lo más significativo de México es su integración en una nación bien identificada, aun cuando en constante proceso de consolidación. Una nación es un pueblo que comparte una cultura; si queremos seguir siendo nación, prerrequisito para ser un Estado sólido, debemos defender nuestra cultura, nuestras raíces y nuestro patrimonio nacional.
Cuando, como ahora, tengamos que dialogar con los variopintos gobernantes de nuestro poderoso vecino, no está de más recordar a diputados, senadores, diplomáticos y al mismo titular electoralmente impugnado del Ejecutivo que no surgimos de la nada, que tenemos una historia y un impulso que deben tomar en cuenta cuando traten con sus contrapartes.
Para ello, traigo a cuento una anécdota de ese roble del pensamiento hispánico que fue don Miguel de Unamuno. Cierta vez alguien elogiaba en forma exagerada delante del autor de El sentimiento trágico de la vida, a los ingleses, por ser inventores de aparatos y de artefactos. Impaciente, con su voz de trueno, Unamuno cortó bruscamente la conversación espetando: “que inventen ellos, lo nuestro es otra cosa”.
Y otra remembranza para fortalecernos ante quienes tratan de convertirnos en espejo de sus instituciones y de su decadente cultura: Rubén Darío, el poeta nicaragüense, en su Oda a Roosevelt, le recordaba al presidente del Estado vecino, primero de ese apellido, que “la América mestiza vive y vibra” y que “hay mil cachorros sueltos del león español”.
México, como en otras épocas y en otras ocasiones lo ha hecho, debiera estar del lado que le corresponde, que es con las demás naciones latinoamericanas, resistiendo a la prepotencia y al abuso y recibiendo con dignidad y respeto a nuestros visitantes, pero con un poco más de gallardía y patriotismo.
jusbbv@hotmail.com
Jorge Carrillo Olea: Un status quo laberíntico
León Bendesky: Crisis sin freno

Hay quienes todavía ven en la relativa estabilidad financiera de los últimos años del gobierno de Fox y el comienzo del de Calderón una virtud en el funcionamiento de la economía mexicana.
No debe olvidarse que esa estabilidad no propició el crecimiento económico, que se basó en las reacciones de Hacienda y del Banco de México a la fuerte entrada de divisas por el alto precio del petróleo y por las remesas. Fue una respuesta esencialmente pasiva a condiciones externas favorables y fuera del control del gobierno. Se sostuvo en la explotación de un recurso natural, el petróleo, pésimamente administrado, y en el éxodo de la fuerza de trabajo y el desquiciamiento del mercado laboral.
Tal estabilidad estuvo ligada al ciclo de expansión de la economía de Estados Unidos entre 2002 y mediados de 2008, es cada vez más débil y está sometida ahora a la fuerte recesión en la que se encuentra aquel país. Y si en México las graves condiciones de la crisis financiera global no se han expresado aún de la misma manera es en buena medida por la menor expansión del crédito que se dio aquí y que está básicamente bajo el control de los bancos extranjeros.
Esa contracción del financiamiento es hoy aún mayor y el sistema financiero funciona con fuertes cuellos de botella en cuanto al uso de los recursos y a los servicios que se ofrecen a los usuarios. Pero esta historia todavía está en curso y podremos ver un agravamiento en las condiciones de las carteras vencidas y en la capacidad de supervivencia de algunas empresas, y con intervenciones por parte del gobierno.
Pero en términos productivos la crisis ya está pegando de lleno en la economía mexicana. Los datos de enero no pueden ser más contundentes y, aunque sean ya conocidos conviene recordarlos para no perder el hilo de la evolución de la crisis y someter a análisis las respuestas de la política pública.
La producción, según se mide de manera adelantada cada mes antes de su registro trimestral, cayó en enero 9.5 por ciento respecto del mismo mes del año anterior, y 3.99 frente al mes anterior. La actividad industrial cayó el mismo mes de enero 11.1 por ciento y el renglón de las manufacturas bajó 14.8 por ciento. Las ventas al mayoreo registradas en 37 ciudades del país bajaron 6.6 por ciento y 4.6 al menudeo. Entre enero y febrero las exportaciones totales cayeron 30.5 por ciento, las petroleras 55.3 y las de manufacturas 25.9 por ciento. El impacto sobre el empleo va a ser muy fuerte y, con ello, en el ingreso de las familias, lo que hará crecer la ocupación informal y su consiguiente precariedad.
Ante esto no se advierte ninguna acción decisiva por parte del gobierno. No hay un seguimiento de los recursos que se han destinado al gasto en infraestructura y del avance de las obras. Tampoco se conocen de modo efectivo las repercusiones que está teniendo la política de gasto social para aminorar la presión sobre las familias de menores recursos en el país.
Hacienda tiene una cobertura sobre el precio del petróleo que dura por este año pero los meses pasan rápidamente y en un entorno de creciente deterioro de la economía. De los estímulos fiscales que dirige a las pequeñas y medianas empresas y los que aplican la Secretaría de Economía, Nafin o Bancomext tampoco se sabe su efecto, su costo y su capacidad de recuperación. Lo mismo ocurre con los recursos públicos que se dirigen a los grandes consocios con fuertes problemas de deuda y en donde juega también un papel principal la política de tasas de interés y de tipo de cambio que administra el banco central.
El comercio exterior no deja un sobrante de divisas que refuerce las finanzas públicas o la capacidad de gestión de la política monetaria: el costo del crédito y el precio del dólar. Los recursos petroleros y de remesas van a disminuir. A eso habría que sumar las corrientes de dólares que genera el narcotráfico, pero no hay una medición ni se conocen abiertamente los canales por los que fluye. Este es ya un componente decisivo de la operación de la economía y de alguna manera se filtra en la contabilidad nacional: producción y empleo, y también en el tamaño del sistema financiero con respecto al producto total que se genera en el país.
Entre tanto, Pemex sigue siendo un verdadero desastre. Ahora se habla de colocar acciones en la bolsa de valores y de hacer dos y no una refinería, puestas como se sabe a concurso entre los gobernadores de los estados. La ineficiencia de la Secretaría de Energía y de la dirección de la empresa petrolera es manifiesta.
No hay más que ver la foto de primera plana del sábado 28 en este diario con el director de Pemex, Reyes Heroles, tapándose la cara con las manos, y la secretaria de Energía, Georgina Kessel, con la mirada perdida en el infinito. Gráfica descripción de lo que ocurre en un sector clave que debería servir para detonar mayor actividad económica y empleo, orientar el uso de los recursos naturales y plantear la política energética y de tecnología del país, y no rezagarse del resto del mundo. La crisis no tiene ahora freno y el gobierno aparece más desconcertado.
leon@jornada.com.mx

Hermann Bellinghausen: Resaca Babilón

Rada madrugada, por un corto rato, Fermín González es el rey del mundo e impone el tono de su voz. Los sonidos de su labor ocupan todo el espacio de la avenida dormida que en otras horas del día no admite a los Fermines ni como atropellados. Su autoridad fugaz, pero absoluta, que le permite hacer el ruido que considere necesario, se ejerce sobre el silencio de una humanidad, sólo en muy pocos casos, ya en vías de despertar, y cumple la agradecible función social de retirar los desechos o desperdicios (significativos nombres, si se les piensa detenidamente) de la noche anterior de los de arriba.
Especie de cabús de tren, el contenedor gris del club Latino aglomera botellas y vasos en cantidad estratosférica y no pocas veces rotos, que resultan la basura más ruidosa de cualquier madrugada, amortiguada apenas por las asquerosas sobras de alimento revueltas con colillas, celofanes, aluminios, plásticos, corcholatas, servilletas manchadas de lipstick o excrecencias, condones usados, latas, grapas consumidas, jeringas usadas, vómito en bolsas de mareo y cualquier cantidad de restos impronunciables, pero blandos.
Sin duda la pasaron bien los clientes del Club. Ciertamente, mejor que los empleados que terminan la noche y cierran para barrer, trapear, alzar sillas, lavar trastes y excusados, juntar la basura en botes altos y bolsas “jumbo”, y de ahí trasladarla al contenedor gris que Fermín llega a tapar, arrastrar y verter en el carro pepenador que se estaciona esquina abajo y callejón adentro, emitiendo el humo negro de su propio e irreverente estruendo.
Tal es el espectro en el tiempo de su reinado plebeyo. Impone su voz dando instrucciones al chalán que hace las veces de velador del antro. Como los dos son mexicanos, se hablan en español. Más que rodar, el contenedor trepida al surcar las caídas de la banqueta, las irregularidades del asfalto, las coladeras de hierro. Los vecinos del barrio (de cierta categoría, no se crea, casi chic), por dormidos que sigan son invadidos entre su cara y la almohada por la voz y los ajetreos de Fermín y compañía. Desde una que otra ventana, viejitos insomnes contemplan sus afanes sin gratitud ni rencor.
Ahí va, a la mitad de una ancha avenida americana, después de los últimos desvelados y antes de los primeros joggers. Él manda, y mientras arrastra el cochinero ajeno, les recuerda a los durmientes que están vivos, que la vida no es sólo sueño, que hay un mundo afuera, que ningún reposo es completo.
Ya irán brotando de la nada los autobuses madrugadores, las camionetas de trabajadores, las bicicletas, los rugidos industriales, la luz cobalto del amanecer proletario a la que con tanto amor y rabia cantaron Carl Sandburg y Efraín Huerta.
Aún si quedan por ahí parejas rezagadas entre las sábanas en algún hotel o departamento, ya en las últimas, acariciándose con desmayo, abandonando las manos cansadas en los muslos de su amante, los momentos anteriores a esa luz, cuando el acarreo de basura es la única actividad vigil a la redonda, son la hora del reinado plenipotenciario de los Fermines, quienes más tarde tendrán otras funciones al servicio de los que ahora duermen.
Barrerán edificios, serán galopines de establecimientos que nunca los reciben como clientes, acomodarán flores y fruta para los abarroteros coreanos que dictan órdenes en un inglés más torpe que el suyo. Serán los invisibles hombres de piel café que entran y salen por las rejas de servicio y almuerzan ocultos en los traspatios.
Pero ahora es el enérgico Fermín quien comanda el aire con el férreo traqueteo del contenedor, impone sus reglas de tránsito a la avenida y descorre lagañas y telarañas allí, donde sólo se escabullen ratas y cucarachas.
En el mar de la calle, cuando ni siquiera la hora del lobo ha asomado, Fermín gobierna la última ola, la que borra las pisadas de la noche bajo el manto de su resaca universal y ávida. Le entreabre las piernas al día como a una puerta de dos hojas que se atreve a soñar el viento.
(En solidaridad y gratitud con Manu Chao y los presos de Atenco.)

Violencia: admitir los problemas
E
l presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó ayer que en nuestro país la violencia asociada al narcotráfico está fuera de control” y que, si bien no pone en riesgo la existencia de la administración calderonista, sí constituye una amenaza para las comunidades cercanas a la frontera sur estadunidense. Tras los recientes desencuentros verbales entre los gobiernos de ambos países, que parecieron superados durante la visita de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, a México, la afirmación hecha ayer por Obama podría generar una nueva escalada de desmentidos, negativas, precisiones y correcciones, y la relación bilateral, de suyo complicada, podría verse expuesta a un nuevo tramo de desgaste diplomático, independientemente de la voluntad política empeñada por ambas partes para lograr un ambiente propicio al diálogo y a la cooperación.
Parece difícil superar las diferencias conceptuales y declarativas en tanto el Ejecutivo federal mexicano siga negándose a reconocer el dato principal señalado ayer por Obama, es decir, que la violencia en nuestro país está fuera de control y que los organismos encargados de ejercer la autoridad del Estado no tienen capacidad para restablecer la paz y la vigencia del estado de derecho en extensas zonas del territorio nacional. Si al principio del actual gobierno se pretendió realizar demostraciones de fuerza mediante el despliegue de grandes y poderosos contingentes policiales y militares por diversas ciudades del país, actualmente, a más de 30 meses de iniciados esos alardes, y después de más de 10 mil muertes atribuibles a la violencia organizada, las movilizaciones de las fuerzas del orden público parecen más bien síntomas de debilidad e impotencia. Indicio de ello es el reciente envío a Ciudad Juárez de millares de efectivos castrenses sin que su despliegue en esa localidad fronteriza haya sido capaz de detener los enfrentamientos y las ejecuciones que denotan la presencia y la predominancia de los cárteles de la droga.
La divulgación masiva y reiterada de estadísticas para favorecer la imagen gubernamental en materia de seguridad pública y estado de derecho tiene, asimismo, un efecto contraproducente: las abultadas cifras sobre arrestos y decomisos de armas, estupefacientes, vehículos y otros activos de los grupos criminales, llevan a la opinión pública a hacerse una idea de las dimensiones y las posesiones de tales grupos y a una pregunta obligada: si después de los golpes demoledores publicitados por el gobierno la delincuencia organizada conserva capacidad de operación, su tamaño y poderío deben de ser mucho mayores de lo que las autoridades reconocen.
Más allá de percepciones, numerosas voces dentro del país advirtieron en su momento al calderonismo sobre el peligro de que su estrategia contra el crimen organizado resultara contraproducente y desembocara en un debilitamiento de las instituciones de seguridad, prevención y procuración y en una pérdida de control oficial mayor que la que se pretendía contrarrestar. Antes que en Washington, diversos analistas en México han venido señalando el cumplimiento progresivo de tales proyecciones y han llamado al Ejecutivo federal a que recapacite y rectifique su estrecha y limitada visión del problema de la delincuencia como asunto meramente policiaco-militar. Con tales precedentes, sería improcedente rasgarse las vestiduras cuando en los círculos del poder público del país vecino se hacen afirmaciones consistentes con la realidad mexicana del momento, por mucho que tales afirmaciones molesten al gobierno calderonista.
A su manera, los gobernantes estadunidenses han reconocido que las adicciones y el tráfico de armas hacia el sur de su frontera están fuera de su control. También lo está, cabe agregar, el narcotráfico mismo, habida cuenta de que la mayor parte de la droga que se despacha desde América Latina hacia el territorio estadunidense llega a manos de los consumidores, sin que las autoridades de Washington hayan podido o querido poner un freno a ese trasiego.
El problema de la delincuencia desbordada exige que, en ambos lados del río Bravo, se empiece a llamar a las cosas por su nombre y a reconocer la dimensión de los problemas sin falsos pudores ni regateos a la realidad. De otra manera, será difícil conseguir acuerdos sólidos y claros en la materia entre México y Washington, y la colaboración en el ámbito de la seguridad y la legalidad desembocará en un mero ejercicio de simulación y de cortesías verbales.

Manuel Camacho Solís
Subestimación-sobreestimación

Se subestima al otro cuando uno se sobreestima a sí mismo. En la política y en la guerra eso siempre cuesta caro. La ambición y el temor sin control llevan a sobreestimar las fuerzas propias y a subestimar las de los adversarios. Vivimos un periodo de subestimaciones y sobreestimaciones por parte de todas las fuerzas políticas. Me temo que las próximas elecciones se cobrarán su cuota de realismo frente a la subjetividad.
Una buena parte del PRI está subestimando al PAN. Desde hace varios meses se han creído el resultado de algunas encuestas a pie juntillas. Mediante un análisis lineal, creen que están a punto de conseguir la mayoría absoluta. Con intenciones de voto de 44%, o más, se les ha despertado esa expectativa. El sueño no para ahí. Se proyecta desde ahora hasta 2012. Sienten que ya traen la Presidencia en la buchaca.
Es indudable que el PRI ha tenido una recuperación. Sólo que el PAN es gobierno y Felipe Calderón se juega los márgenes políticos del segundo trienio en las próximas elecciones parlamentarias del 5 de julio. Todo indica que Calderón ha decidido echar su resto con tal de que el PRI no gane la mayoría absoluta en el Congreso y la izquierda quede debilitada para la elección presidencial. Con la economía en contra y una crisis de seguridad, el PAN ha decidido escalar la confrontación para polarizar la elección en el tema de la seguridad y beneficiarse a diario haciendo campaña con la ventaja que da la Presidencia. Tienen todavía cómo beneficiarse de actos mediáticos que ellos pueden controlar y la posibilidad de explotar las fragilidades de los otros.
El PAN está subestimando al PRI. Aún con el mejor desempeño político e incluso con el juego rudo, mes que pase, irá a la baja por la economía. Pero la peor subestimación está en pensar que la polarización no tendrá consecuencias, sobre todo cuando el gobierno no tiene cartas para después. Entre más tensen en los próximos tres meses, más golpearán a la gobernabilidad de los próximos tres años.
La izquierda está subestimando al PAN y al PRI. Con demasiada facilidad ha concluido que el costo de la crisis será para ellos, mientras que ella será su beneficiaria.
El PRI y el PAN también están subestimando la capacidad de recuperación de la izquierda para el año 2012; esto es, si se corrigen los errores de estrategia, se consolida el trabajo de base municipal, se rehace un frente y se ofrece una alternativa a las clases medias frente a la crisis.
El problema principal de la elección —para todos— es el desgaste en que han incurrido las instituciones democráticas justo en el momento en el que, por el agravamiento de la crisis, se necesitaría de su mayor fortaleza. No están escritas las consecuencias de este desgaste.
Lo que tampoco está escrito son los efectos de las campañas. Incluso tratándose de una elección intermedia, los aciertos y errores de cada cual todavía podrán cambiar los desenlaces de este 2009. Más aun para 2012. Para entonces, ni hablar. Con una sociedad volcada a la política y un cuadro de grandes inconformidades sociales, la historia será diferente. Muy probablemente será historia.
Miembro de la Dirección Política del Frente Amplio Progresista

Lydia Cacho
Plan B
Pinky y Cerebro vs el PRI
Pinky y Cerebro son dos pequeños ratones, uno delgadito e ingenuo y otro cabezón y estratega. Viven en un laboratorio, y cada noche, cuando sus captores apagan la luz, Pinky, con voz aguda le pregunta a su compañero: “¿Qué vamos a hacer esta noche, Cerebro?”. El otro responde en tono de barítono, saliendo de la jaula: “Lo mismo que hacemos todas las noches Pinky… ¡tratar de conquistar al mundo!”.
Germán Martínez ha sido calificado por Murillo Karam y Emilio Gamboa como un loco de caricatura. Beatriz Paredes ha decidido no responder a las provocaciones del dirigente de la derecha. Desde hace un par de meses el líder del Acción Nacional ha declarado consistentemente que el PRI está vinculado con el narcotráfico, y son los priístas los responsables de que el país esté en peligro.
Mientras Beatriz Paredes borda sus huipiles para retomar Los Pinos y canta victoria por doquier, le quitan votos. Las encuestas de intención de voto mostraban, hace unas semanas, que el PRI tenía 40% de preferencia contra 25% del PAN. Las de ahora revelan al tricolor con 30% y al blanquiazul con 27%. Germán ha obtenido el primer triunfo: sembrar la duda en quienes pensaban que era mejor volver al control priísta que seguir con la débil incertidumbre de Acción Nacional.
Los alegatos diarios de Germán Martínez no han logrado llevar a esos votantes potenciales a decidir que el PAN es la opción ideal, pero sí consiguieron fomentar una duda razonable.
Todo parece indicar que es en el laboratorio político de Los Pinos donde se planea la batalla real. Calderón declara que el PRI ha ganado espacios, mientras Martínez nos pide que no olvidemos que el PRI destruyó el tejido ético de México, arrebatándonos el derecho a defender la dignidad. Que el PRI nos enseñó que somos un pueblo cautivo de los políticos abusivos y que no tendemos salida; que de eso viven y allí abrevan los más corruptos y perversos personajes que se preparan para volver a gobernarnos.
Paredes celebra ser la líder de los autores de la doctrina del primero roba y después diles que robar es privilegio de poder. Líder de quienes defienden a Mario Villanueva, su insigne narcogobernador. Del partido que protege a defensores de pederastas y de asesinos. Celebran ser un PRI que goza la sangrienta guerra en la que mueren miles, porque demuestra que ellos sí sabían negociar con el narco y tenerlo a raya (a cambio de una raya para sus gobernadores, alcaldes y policías).
Está claro que el PAN no ha demostrado ser mejor que el PRI, pero el PRI ha demostrado ser lo peor para México. Mientras el PRD se desmorona con su corrupción interna, Martínez tiene como tarea escupir a la cara del tricolor para quitarle votos. A Calderón le toca lograr que los indecisos elijan a su partido que, según ellos, es lo menos peor del mercado electoral.

Ricardo Raphael
PAN y PRI, empatados
Faltan poco más de tres meses para las elecciones y los mexicanos ya volvieron a poner en situación de empate a los dos principales jugadores. Tres puntos porcentuales separan al Partido Acción Nacional (27.4%) del Revolucionario Institucional (30.3%). Por el margen de error implícito en cualquier encuesta, puede afirmarse que hoy no hay realmente distancia entre ambas fuerzas políticas.
¿Qué pudo haber cambiado durante los dos últimos meses en las preferencias de los mexicanos, como para que el PRI perdiera los cerca de 15 puntos que lo separaban de su más cercano competidor?
Revisando los números de la encuesta (celebrada para EL UNIVERSAL durante la tercera semana de este mes por la empresa Berúmen y Asociados), destaca la disminución del número de entrevistados que en la edición anterior no quisieron emitir su opinión argumentando que el voto era secreto.
Durante el ejercicio previo, más de 16% de los entrevistados se defendió a la hora de responder afirmando ese derecho. En cambio, en el último sondeo sólo 6% exhibió la misma actitud. Podría suponerse que antes este segmento no quiso reconocer la duda que todavía pesaba sobre su voluntad, y en lugar de reconocerlo optó por recurrir al silencio.
Este dato es el único capaz de dar cuenta sobre la reducción en las preferencias del Revolucionario Institucional. Todos los demás indicios carecen de capacidad explicativa: las preferencias del PAN sólo se incrementaron en dos puntos, y por tanto las simpatías previamente asignadas al PRI no migraron automáticamente al partido de la derecha.
Tampoco se inclinaron hacia el Partido de la Revolución Democrática. De una ronda a la otra, esta fuerza política disminuyó cerca de tres puntos. Por su parte, el resto de las opciones electorales mantuvo prácticamente el mismo resultado.
Sólo queda, entonces, recurrir a la disminución del número de personas que antes no se hubieran decantado, y que con el avance de las campañas han calibrado mejor su decisión particular.
Una condena a la que nunca ha podido escaparse el Revolucionario Institucional pareciera estar cristalizándose de nuevo: mientras este partido tiende a ganar en elecciones en las que participa poca población, la derrota le acontece cuando los votantes crecen en cantidad.
Así parece confirmarlo el sondeo de Berúmen y Asociados: cuando 6% de los encuestados no quiso proporcionar información arguyendo que el voto era secreto, el partido de la Revolución Institucional obtuvo casi 40% de las preferencias. En cambio, una vez que más personas se involucraron en el ejercicio, el PRI extravió una cuarta parte de la intención de voto que antes lo acompañara.
Algo muy parecido puede pasarle a esta fuerza electoral cuando se tope con el resultado en las urnas durante el primer domingo de julio. Si los mexicanos acuden en cantidades importantes, la diferencia entre el PRI y Acción Nacional será muy corta.
Otro elemento interesante que puede desprenderse de esta encuesta es la opinión de quienes se asumen como votantes perredistas. De todas las identidades partidarias, estos electores parecieran ser los más reacios a migrar hacia otra opción electoral: 38% de los votantes tradicionales del PRD jamás trasladaría su voto hacia Acción Nacional, y 39% de ellos tampoco lo haría a favor del PRI.
Se suma también que una buena parte (23%) afirma no tenerle confianza al proceso electoral. ¿Habrán quedado tocados en el PRD por la experiencia de 2006? ¿Les habrá herido también la catástrofe que los líderes de ese partido han tejido, para sí, durante los últimos dos años?
Sin contar con mayores datos es difícil predecir cuál será el comportamiento electoral próximo de quienes asumen una identidad de izquierda. Sin embargo, es posible especular que gran parte de los votantes cercanos a esa cultura política terminará arrojada a los brazos de la abstención. Si su conciencia no les permite moverse hacia otras opciones políticas —y la propia se encuentra hecha jirones— el voto en blanco o la inasistencia a las urnas caben como salida imaginable.
Curiosa es la manera cómo esta hipótesis podría jugar a favor del PRI. Si un contingente importante —alrededor de dos terceras partes— de los electores que se inclinaron por el PRD en la elección de 2006 emite su voto en las filas del abstencionismo, el PAN habrá de reconsiderar el papel que jugó para que una cosa así terminara ocurriendo.
Analista político

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