9/07/2010

Premiada en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2010


Conmovedora historia de amor madre e hija, “Las buenas hierbas”

Por Carolina Velázquez

México, DF. 6 sep. 10 (CIMAC).- En un paisaje pleno en valentía y sinceridad, la cineasta mexicana María Novaro regresa a la pantalla grande, luego de una ausencia de diez años, con su nueva película “Las buenas hierbas”, una producción de Axolote Cine.

Respecto a la historia, antes de su estreno este año, María Novaro había adelantado que el filme era --como en otras de sus películas: Lola, Danzón— una historia de la relación entre una madre y su hija, en la que la herbolaria mexicana se hace presente, con una participación especial de María Sabina, la curandera oaxaqueña.

Filmada sin grandes pretensiones en locaciones de Huautla, en la sierra mazateca de Oaxaca, y sobre todo de la ciudad de México, María Novaro narra la historia íntima llena de amor entre Lala (Ofelia Medina) --una sabia mujer que ha entregado su vida al conocimiento e investigación de las plantas-- y su hija Dalia (Úrsula Pruneda), a través de mostrarnos la sabiduría antigua y “sanadora del alma” de la herbolaria mexicana.

El detalle en las imágenes es fundamental en toda la película. A diferencia de la moda actual no hay grandes escenarios, ni apantallantes efectos especiales, las nuevas tecnologías se ponen al servicio de una fotografía suave, delicada, femenina.

El ambiente que se va creando en la película, contrasta con el otro lado de la moneda, una historia intensa y dramática, el proceso de transformación de Lala, quien padece Alzheimer, una enfermedad que se apropia de su cuerpo y de sus sentidos.

Entre la confusión, el dolor y el cariño, Dalia --separada y con un hijo (Cosmo)-- va de la mano de su madre acompañándola hasta el momento de su muerte.

Un tema que se toca al final, de manera sutil y amable, es el de la eutanasia.

Durante la presentación de la película en el Festival de cine de Guadalajara, una de las ventanas cinematográficas más importantes del país, en la ciudad del occidente de México, María Novaro declaró que el tema de la muerte o la eutanasia es inevitable, tal vez lo planteo de otra forma, filosofando, dijo.

"El verdadero significado de la vida es que es un ciclo que termina con la muerte, no podemos sentirnos como que la naturaleza nos pertenece, sino que nosotros pertenecemos a ella. Fue así como quise plantear la historia".

El mundo de la herbolaria surgió para Novaro a partir de que conoció el Códice Azteca, con gran cantidad de información de la herbolaria mexicana, donde según el texto “son plantas para curar el alma".

Los escenarios en su mayoría corresponden a espacios personales e íntimos de María Novaro, así lo explicó a la prensa: "Como ven ustedes, el tema de las plantas en el filme me es muy cercano, el jardín que ven es el mío, el de mi casa, las cultivo, sé de ellas, de sus cuidados y proporciones medicinales, además me relajan".

A partir de ese momento y de la obtención de una beca fue que decidió centrarse en el tema de la herbolaria, se dedicó a escribir hasta lograr un relato que llamó la atención no sólo de la crítica, sino del público que le otorgó en Guadalajara el premio como la película de su preferencia.

Por último, reconoció que la película no es más que un “reflejo de la vida real”.
Por la forma como está contada y su “dibujo” fílmico, “Las buenas hierbas” ganó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara de 2010 varios premios: Mejor Guión (María Novaro), Mejor Actriz (Úrsula Pruneda), Mejor Fotografía (Gerardo Barroso) y Premio del Público, estos reconocimientos le valieron la recomendación a los Golden Globe Awards.

Soportando los embates de la mala distribución de nuestro país, la más reciente producción de María Novaro se estrenó en los primeros días de septiembre y, al menos en la ciudad de México, aún se exhibe en varias salas. Un film conmovedor que no hay que dejar de ver.

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