11/24/2011

Los periodistas pal café.....




A pesar de que la declaración de Andrés Manuel López Obrador había sido primera en tiempo, ayer la atención de los grandes medios informativos prefirió destacar y celebrar la que varias horas después hizo Enrique Peña Nieto al anunciar que no simularía contienda interna en el PRI para aprovechar tiempos electrónicos de precampaña.
El tabasqueño había adelantado de mañana, en Cancún, la difícil decisión de no aparecer en tiempos oficiales de radio y televisión desde el 18 del próximo mes hasta el 15 de febrero (más un inmediato periodo de veda que terminará a finales de marzo), conforme a la peculiar normativa electoral vigente y para que se acabe ya con la especulación, porque nosotros no somos marrulleros. El candidato de Morena y tres partidos más daba así respuesta a la oleada de críticas que habían generado las palabras pronunciadas en radio con Carmen Aristegui, al sugerir que los dirigentes de PRD, PT y Movimiento Ciudadano podrían apuntarse como contendientes de utilería para así usar las ventanas electrónicas que la ley ofrece solamente a los partidos cuando tienen disputa interna.
López Obrador argumentó que aquellas palabras habían sido mal entendidas y aseguró que la confusión había contado con un afán de seguimiento por parte de medios de comunicación al servicio de Peña Nieto y del PRI (nota de Adriana Varillas, en el portal de El Universal). La recompostura que hizo el tabasqueño, sin embargo, no contó con una difusión proporcional a la que habían tenido sus originales declaraciones en que prefiguraba una segunda etapa de lo que comenzó a llamarse el juanitismo, en recuerdo del episodio de rejuegos en escena que tuvo como escenario Iztapalapa y su elección de jefe delegacional. Por el contrario, la nota se la llevó el ex gobernador del estado de México, quien horas después de AMLO dio a conocer una postura similar, en el sentido de no usar con tretas los multimencionados tiempos. A ciudadanos con poca información o con un acceso apresurado y acrítico a ésta, el manejo desequilibrado del asunto podría dejar la impresión de que el perredista había sido arrastrado a su decisión por el priísta o incluso que ni siquiera hubiera corregido. Manipula, que algo queda.
En esas trampas del manejo informativo descansará parte importante de las campañas de las dos opciones partidistas con poder económico y político, las del PAN y las del PRI. Peña Nieto puede despojarse de los tiempos oficiales de precampaña porque sus actos internos, sin promoción explícita de su candidatura, aunque a todo mundo le quede más que clara la intención (o la presentación de un libro, atendida generosamente anoche en Foro Tv, de Televisa), serán potenciados por los agradecidos y coaligados medios que por sí mismos habrán de apenas disimular propaganda como información. En cambio, en ejercicio de esos libérrimos criterios informativos, los mismos medios pueden dar un tratamiento secundario, desdeñoso o testimonial a las actividades de los candidatos que no les satisfagan.
Es decir, las empresas periodísticas de intereses comprometidos con los poderes en contienda podrán fungir como juanitos informativos, supliendo con marrullería las limitaciones que imponga la ley y favoreciendo a sus amplios clientes favoritos, como fue el gobierno peñanietista y siguen siendo ahora otras administraciones priístas concurrentes con el proyecto rumbo a Los Pinos, o como es el gobierno calderonista que aún no decide si mantendrá el simulacro de contienda entre tres pesos menores (con lo cual podría aprovechar los tiempos de precampaña, aunque sin posicionar en el ánimo colectivo el nombre del candidato definitivo, como sí lo están haciendo ya el PRI y la izquierda) o aprieta tuercas para juntar menudencias y armar algo parecido a un urgente aspirante único de la derecha.
Las reglas electorales en práctica, diseñadas con la vista puesta en lo que pasó en 2006, y aprobadas por la izquierda colaboracionista para conjurar una segunda aparición de AMLO, concentran el fragor electoral en un corto periodo que solamente podrá ser explotado con éxito por quienes tengan dinero en abundancia y gran maquinaria burocrática a disposición. Por lo pronto, los tiempos en radio y televisión correspondientes a los partidos que no tengan precampaña podrán ser usados por éstos pero sin aparición ni promoción específica de su candidato único. Del 18 de diciembre al 15 de febrero no podrán aprovechar tales espacios, y luego entrará en vigor una suerte de veda que terminará a finales de marzo.
Tal como se preveía, la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó por mayoría de votos (cuatro contra uno) el proyecto de resolución que el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea había redactado para dictar la última palabra en el litigio entre La Jornada y Letras Libres. El golpe judicial abre la puerta al uso de la calumnia para tratar de descalificar y poner en peligro el ejercicio periodístico que no forma parte del entramado de intereses dominantes. Dejar que corra la grave acusación, sin pruebas, de que un diario mexicano es cómplice del terrorismo internacional equivale a una hipócrita convalidación desde el máximo tribunal mexicano. Habrá de verse si justamente de eso se trata, de colocar en situación de riesgo, en amago preparatorio, a un medio que no forma parte del coro domesticable.
Desde luego, La Jornada continuará adelante como siempre, sabedora de que su ejercicio periodístico no ha dependido ni depende de consignas palaciegas ni intrigas de mala literatura. La verdadera libertad se vive y se demuestra día con día, plana tras plana, y la comunidad jornalera lo sabe y lo practica.
Y, mientras el corresponsal de La Jornada en Culiacán, y reportero de Ríodoce, Javier Valdez Cárdenas, recibía el premio a la libertad de prensa otorgado en Nueva York por el Comité para la Protección de Periodistas (en
bit.ly/t3Zn6F están disponibles una entrevista, el discurso de Javier y una nota informativa), ¡hasta mañana!
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Parece que los más picudos (Calderón dixit) entre los banqueros, analistas financieros y empresarios no comparten el entusiasmo del inquilino de Los Pinos por estar, según dijo, en la ruta correcta para que en 2012 sigamos con una economía más fuerte, más sólida, que avance por la senda del crecimiento y del empleo para las familias mexicanas que tanto queremos. Apenas unas horas después de que el susodicho hiciera pública su felicidad, el tipo de cambio peso-dólar se desplomó al nivel más bajo en 32 meses, caída que se profundizó a lo largo de la jornada cambiaria del miércoles, cuando el mercado bursátil reportaba un descenso cercano a 2 por ciento y el propio gobierno federal reconocía una reducción de 14 por ciento en el monto de inversión extranjera, entre otras gracias.
Como se mencionó ayer en este espacio, el inquilino de Los Pinos celebró que en el tercer trimestre de 2011 la economía mexicana creció 4.5 por ciento a tasa anual, es decir, un uno por ciento arriba de lo que se estaba previendo, aunque 30 por ciento por debajo de lo registrado en el periodo enero-septiembre de 2010. Lo anterior motivó el sesudo comentario de quien confunde más con menos: para que se den una idea, los bancos, los analistas financieros, los empresarios más picudos, más destacados, todo mundo, decía que la economía nacional iba a crecer 3.5 por ciento anual en el tercer trimestre, con lo cual, a lo que insistimos, hasta ahorita la economía mexicana con todo y los líos que hay a nivel internacional está creciendo al 4 por ciento en lo que va del año, y esperemos cerrar, por lo menos, en esa cifra, o lo que es lo mismo, según él, la ruta correcta para que en 2012 sigamos con una economía más fuerte, más sólida (etcétera). En los hechos, tal fortaleza y solidez se traduce en una tasa anual promedio del crecimiento de 1.5 por ciento en cinco años.
Tal vez por eso los picudos no coinciden con la felicidad oficial, y están más atentos a hechos contundentes, como la sacudida bursátil europea, la profunda crisis de la deuda en aquella región, la ostentosa debilidad del vecino del norte, motor de la economía mexicana, y el estancamiento interno. Si esos picudos alguna vez creyeron en los pronósticos del inquilino de Los Pinos, la tesis oficial del catarrito y sus terribles consecuencias los ubicaron en la exacta dimensión del régimen calderonista, el cual no deja de jugar a ser el único país de las maravillas dentro de una caótica comunidad de naciones.
Y en ese contexto de felicidad, el tipo de cambio de la moneda mexicana frente a la estadunidense se dejó caer. El martes, como bien reportó La Jornada (Roberto González Amador), el valor del peso frente al dólar cayó al nivel más bajo en 32 meses, en un momento en que las empresas con operaciones en el exterior preparan sus pagos en divisas por cierre de ejercicio, el tipo de cambio superó 14 unidades por dólar, nivel no visto desde marzo de 2009, en plena recesión económica. La jornada de ayer, caracterizada por la volatilidad en el tipo de cambio, reflejó el aumento de la inestabilidad financiera en Europa, el resurgimiento de la tensión política en Estados Unidos por la falta de señales sobre la reducción del déficit público y, sobre todo, dejó en claro que la crisis financiera no es algo que ocurre en otro continente, sino que afecta de manera directa a empresas, familias y gobierno.
Desde que estalló la crisis en el otoño de 2008 el peso se ha devaluado 24.3 por ciento frente al dólar, una de las depreciaciones más significativas entre las divisas de países en desarrollo y que, en una proporción incluso mayor, ha aumentado el costo de las empresas públicas y privadas que adquieren insumos en el exterior o pagan intereses por su deuda externa. Para las familias, la depreciación del peso tiene efecto en el costo de alimentos importados, por pagar vacaciones en el exterior, colegiaturas o servicios médicos (ídem). Pues bien, lo que sucedió el martes se profundizó el miércoles, y de 14.02 pesos por dólar la cotización se incrementó a 14.27, de tal suerte que la depreciación acumulada en el feliz sexenio calderonista supera el 30 por ciento.
Pero no sólo el tipo de cambio con el dólar estadunidense. De un día para el otro, la cotización del euro se incrementó 6.4 por ciento, y ayer la moneda comunitaria se vendió a 19.48 pesos; lo mismo con la libra esterlina: 6.4 por ciento de avance, para venderse a 22.68 pesos, y 6.6 por ciento en el caso del dólar canadiense (a 13.96). Es común que este tipo de movimientos cambiarios provoquen compras de pánico entre los sempiternamente apesadumbrados clasemedieros, quienes siempre llegan tarde: compran billetes verdes al precio más elevado, y poco después, por su propia circunstancia económica, se ven obligados a vender al precio más bajo. Así, favor de abstenerse, porque la especulación es un gran negocio para quienes están en la jugada, y de cualquier suerte pasan la factura al resto de los mexicanos.
A 14.27 pesos por dólar, y contando, en un país en que todo se cotiza en billetes verdes. Pero no siempre fue así, porque casi dos siglos atrás y durante 54 años (datos históricos del Inegi) el tipo de cambio peso-dólar favoreció al primero, es decir, se requerían más billetes verdes para comprar un peso mexicano. Aunque parezca mentira, este acontecimiento se registró entre 1821 y 1875, cuando por cada dólar se pagaban entre 93 y 98 centavos de peso. A partir de la última fecha referida, con Sebastián Lerdo de Tejada en la Presidencia, se empató el tipo de cambio (uno por uno) y de allí en adelante nunca más los mexicanos pudieron adquirir en igualdad de circunstancias. Por el contrario, pasó de uno por uno a 14 mil 250 por uno, y contando.
Pero en Los Pinos dicen que vamos por el rumbo correcto, y celebran que crecer menos es sinónimo de una economía más fuerte, más sólida, que avance por la senda del crecimiento y del empleo para las familias mexicanas que tanto queremos.
Las rebanadas del pastel
Lamentable, por decirlo suave, la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al negar el amparo solicitado por La Jornada en contra de la sentencia que absolvió del delito de daño moral a Letras Libres. Como suscribimos los jornaleros, no consideramos jurídicamente válido, ni éticamente justificable, que se pretenda confundir la libertad de expresión con el cobijo de la justicia a quien calumnia, pero la mayoría de los ministros decidieron avalar la calumnia.
cfvmexico_sa@hotmail.com

El Correo Ilustrado
Resolución de la Corte viola la Constitución, aseguranLa Primera Sala de la SCJN ha violado la Constitución en agravio de La Jornada con su resolución, por ser errónea al partir de un supuesto falso, que es “Letras Libres tiene derecho constitucional a emitir la afirmación de que La Jornada es cómplice del terrorismo”.

Adolfo Sánchez Rebolledo: El PAN: Michoacán, derrota federal

El PAN, que no dijo nada a la hora feliz, cuando creía tener la victoria en las manos, al saberse abajo en la votación por escasa diferencia denunció la presencia decisiva de la delincuencia en el proceso electoral michoacano. La candidata del PAN aceptó su derrota, pero descalificó los resultados, pues presume que el vuelco inexplicable a favor del PRI que sus encuestas no habían registrado se debió a la injerencia del narcotráfico. Por su parte, el candidato del PRD, dueño de casi un tercio de los votos, reclamó, por los mismos motivos, la anulación de las elecciones. En definitiva, al final del día, la amplia movilización ciudadana quedó empañada una vez más por la disputa poselectoral, el recuerdo del incidente sangriento donde murió el edil de La Piedad y las acusaciones de última hora de la candidata panista. Mal signo. Luego, un noticiario televisivo recibió y transmitió una grabación que revela las terribles amenazas de un operador de La Familia exigiendo a un grupo de perredistas votar por el PRI, arguyendo la injerencia de un grupo rival en favor del candidato Aureoles. Es obvio que las autoridades están obligadas a investigar a fondo este y otros casos semejantes, incluyendo el asesinato mencionado, pues nada es tan dañino como la impunidad, la extensión del miedo y la siembra del fatalismo entre la ciudadanía. Es urgente hacer un esfuerzo de racionalidad política para sopesar, con realismo y sin falsas ilusiones, hasta qué punto esos lamentables hechos comprometen o no la legalidad de las elecciones michoacanas en su conjunto, si anulan (así sea moralmente) los resultados obtenidos en la urnas por los distintos candidatos y partidos. La investigación no puede quedarse en las generalizaciones del momento: ya es hora de que, por una vez, sea la ley la última palabra.


Izquierdas. ¿Qué son las izquierdas? Durante más de un siglo las izquierdas eran las que proponían el socialismo como alternativa, mejor y superior, al capitalismo. No había duda, entonces, de qué eran las izquierdas. Incluso los anarquistas se planteaban el socialismo, de preferencia sin el Estado, como su opción.


No sería la primera vez que un candidato puntero al inicio de una competencia electoral pierda súbitamente la ventaja frente a sus rivales y termine en segundo y hasta tercer lugar. Las razones de su derrota pueden ser muchas y muy diversas; sin embargo, no son pocos los casos en que los antes afortunados se tropiezan con sus propios errores, o incurren en comportamientos autodestructivos que los conducen al fracaso.


Un camino accidentado. Se ha dicho, sin exageración, que quizá ninguna cumbre internacional reciente se ha reunido bajo auspicios menos propicios que la del G-20 en Cannes a principios de este noviembre. Tan mal fario, para usar un circunloquio, ha continuado ensombreciendo las secuelas de la cumbre y otros acontecimientos de las semanas siguientes. Un acuerdo genuino de los 17 de la eurozona, que ellos estén dispuestos a aplicar a cabalidad y sin demora y que, además, resulte aceptable para los otros 10 de la Unión Europea, parece ahora, a finales de noviembre, más lejano que en las vísperas y durante la cumbre misma, cuando el asunto se consideró, de hecho, superado. Se ha confirmado el esperado fracaso del llamado supercomité del Congreso estadunidense, que no logró el consenso para reducir en 1.2 billones de dólares el déficit presupuestal, lo que dará lugar a recortes equivalentes del gasto público a partir de 2013, que anularán cualquier otro intento de reactivar un crecimiento en abierta declinación y reducir un desempleo tercamente elevado. Se ha procurado que los eventuales arreglos sobre la deuda y la moneda común en Europa se definan y apliquen lo más alejado que sea posible del escrutinio público, como pusieron de relieve tanto la reacción, entre el pánico y la cólera, que suscitó la opción de acudir a un referendo en Grecia, como la integración de gobiernos tecnocráticos, sin mediar elecciones generales, cuyo mandato ha sido definido en Bruselas y Francfort más que Atenas y Roma. En ambos lados del Atlántico se gesta una intolerancia creciente ante las manifestaciones de protesta de indignados, ocupantes y otros grupos –amplias, plurales, pacíficas–, que empiezan a ser reprimidas, vistas como un peligro y a las que se busca desprestigiar y criminalizar. Como se advierte, tras Cannes, el trayecto hacia Los Cabos es un camino en extremo accidentado.


Una nueva ola revolucionaria recorre Egipto, rubricada por la reconquista de la plaza Tahrir por el pueblo después de una batalla campal de más de 36 horas con la fuerzas de seguridad. Los egipcios, otra vez con sus jóvenes a la cabeza, se han lanzado a una nueva insurrección que exige la renuncia del Consejo Supremo de la Fuerzas Armadas(CSFA), encabezado por el mariscal Mohamed Hussein Tantawi, que sucedió a Mubarak en el mando de la nación, la creación de un gobierno de salvación nacional al que se subordinen los militares y un cronograma para la instauración de un gobierno constitucional. El consenso en la plaza Tahrir, donde el lunes se reunieron más de un millón de manifestantes, es que el CSFA traicionó la encomienda del pueblo para crear un orden democrático y constitucional. Esa encomienda no fue gratuita, se debió a que el ejército se negó a reprimir la insurrección popular del 25 de enero de este año –como pretendían Mubarak y sus aliados en Washington y Tel Aviv–, retiró su apoyo a las sangrientas fuerzas de seguridad y forzó la salida del sátrapa, impidiendo así un baño de sangre.


En un libro influyente publicado en 1991, Adam Przeworski escribió: Poder comer y poder hablar, no sufrir hambre ni represión, éstos son los valores que animan un afán mundial de democracia política y racionalidad económica. Veinte años después ese movimiento generalizado por crear instituciones democráticas, que aceptó que los mercados podían funcionar mejor sin interferencias estatales, ha conducido a una situación en la que para enfrentar la crisis en naciones paradigmáticas los actores políticos han decidido renunciar al valor central de la democracia: celebrar elecciones para decidir quien gobierna y, con ello, aprobar cierto programa político.


Mauricio García Lozano regresa al teatro de pequeño formato y restaura, en cierta forma, su Teatro del Farfullero con esta obra de la dramaturga quebequense Carole Fréchette, algunas de cuyas obras dirigió anteriormente. Inspirada en el cuento Barba Azul, mantiene casi todos sus elementos antes de dar un giro en tema y narración. El cuento escrito por Perrault en 1697 ha dado lugar a cuatro óperas y un sinfín de análisis que van desde pensar que el prototipo del cruel noble se basa en Giles de Retz hasta hablar de la nefasta curiosidad femenina con los ejemplos de Eva y de Pandora. La inclinación feminista de Fréchette no podía ir por ese camino y, a cambio, ofrece una metáfora de la culpa y la capacidad de compartir el dolor ajeno al contrastar Gracia las riquezas que su matrimonio con Enrique le proporciona, con lo que ve o cree ver en la pequeña habitación.

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