11/30/2011

Más del 50 por ciento de mexicanas con VIH fue víctima de violencia


En México no hay políticas públicas que atiendan esta problemática


Por Guadalupe Cruz Jaimes

México DF, 29 nov 11 (CIMAC).- A pesar de que en México más de la mitad de las mujeres y niñas con VIH/sida son sobrevivientes de violencia y de que organizaciones civiles y de Naciones Unidas (ONU) han documentado que ésta es un factor de riesgo para contraer el virus, hasta ahora en el país no existe ninguna política pública de respuesta a la epidemia que contemple esta problemática.

Durante el Taller para periodistas “VIH, Mujer y Violencia en México”, Alejandrina García Rojas, coordinadora del programa de Mujeres y VIH de la asociación Salud Integral para la Mujer (Sipam), acusó que éste es uno de los “vacíos” en los programas locales y federales dirigidos a prevenir la transmisión del virus y a atender a quienes padecen la enfermedad.

La activista refirió que existen programas para la atención de la violencia de género y para la atención de las mujeres con VIH (focalizados en embarazadas y en “trabajadoras sexuales”) que operan por separado y que tampoco contemplan el impacto que tiene la violencia en el aumento de casos de mujeres y niñas con el virus.

García Rojas expuso en el taller organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONUSIDA, que la relación violencia-VIH debe considerarse en el diseño e implementación de las políticas públicas, ya que más del 50 por ciento de mujeres y niñas que viven con VIH ha sufrido algún tipo de violencia, sobre todo física, sexual y psicológica, antes y después del diagnóstico.

También es preciso que los programas de prevención y tratamiento se elaboren desde una perspectiva de derechos humanos de las mujeres, en la que no sólo sean vistas como “transmisoras del virus” (de la mujer al producto de un embarazo o a clientes de comercio sexual), “porque quedamos fuera todas las que no estamos embarazadas o no somos trabajadoras sexuales”, dijo.

Actualmente, existen 9 mil 742 casos detectados de mujeres con VIH y 25 mil 234 hombres en esa circunstancia, ellas representan el 28 por ciento de las personas con el virus. Mientras que las mujeres diagnosticadas con sida suman 26 mil 721, y los hombres con la enfermedad 123 mil 162, según datos de la Secretaría de Salud.

El aumento en la propagación de la epidemia en las mujeres y niñas “es de gran preocupación”, ya que en la década de los ochenta por cada mujer con VIH había 27 hombres y en 2011 la relación se redujo a una mujer por cada 5 hombres con el virus, alertó Magdy Martínez-Solimán, representante residente del PNUD en México.

El incremento está relacionado con las condiciones de desventaja que afrontan las mujeres en el país, debido a la discriminación, injusticia y a la violencia, las cuales potencian su riesgo de contraer VIH.

Martínez-Solimán apuntó que la subordinación de las mujeres “facilita” la propagación del virus porque no pueden exigir el uso de preservativo a sus parejas para tener relaciones sexuales protegidas.

Al respecto, Ana Güezmes, representante en el país y directora regional de ONU Mujeres para México, Centroamérica, Cuba y República Dominicana, indicó que la violencia de género es un “factor crítico” en la transmisión del virus. Muestra de ello, es que la infección de una de cada siete mujeres jóvenes con VIH, se habría evitado si no hubiera sido víctima de violencia.

Eva Díaz, integrante de la organización Mujeres Fuertes con Esperanza de Vida (Mufev), es ejemplo de que la violencia física, sexual, pero también la estructural de pobreza y falta de oportunidades, son factores que aumentan el riesgo de adquirir VIH. Ella ha aprendido a vivir con el virus desde que fue diagnosticada en etapa terminal de sida, hace diez años.

La habitante del Distrito Federal relató, durante el Taller para periodistas organizado por las agencias de la ONU, que durante muchos años sufrió violencia física y sexual por parte de su esposo, quien murió un mes antes de que a ella le diagnosticaran la enfermedad.

Eva recuerda que lloró durante los primeros tres meses, la depresión empeoró su condición física, pero poco a poco mejoró recibiendo el tratamiento adecuado. Ahora, exige servicios de salud de calidad, la dotación de condones femeninos para que las mujeres cuiden su salud, y da su testimonio en preparatorias para que su historia no se repita.


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